La literatura me daba libertad y los números me ponían límites; por ello, al graduarme en el bachillerato sabía de qué debía huir, a pesar de poseer el perfil idóneo para estudiar contabilidad.
Los números me sonaban a reglas y condiciones, y a una disciplina intachable, pues si me equivocaba en una cifra “la macaba”. Después de unos pocos años he entendido que los números siempre han estado y estarán en mi vida, pero sobretodo, en las fechas, horas, medidas, conteos y… justo allí, donde transita de vez en cuando la presencia ausente: en mis recuerdos.
Con esos números he contado mis alegrías y momentos de gloria, así como la gente maravillosa que me ha abrazado con su amistad. Pero también me han servido para contar las pocas lágrimas que he derramado; las veces en las que las 8 ½ x 11 pulgadas de mi cuaderno han servido de soporte para guardar en secreto los sentimientos agolpados en mi pecho, y finalmente, para contar los momentos en que he volado a otros mundos con los ojos abiertos, ya sea gracias a una palabra, un gesto, un dibujo, un abrazo, una caricia, un beso...
1985….2008, 2009, 2010, 2011; realmente, después de tantos años admito mi error: los números no son tan cuadrados e insensibles.
4 comentarios:
Me encantooooooooo de verdad, esta muy chulo.
Me encantooooooooo de verdad, esta muy chulo.
Excelente!
Me gusto y mucho, y me entro la curiosidad por saber, que números te han deparado este 2014. Ilustrame, por favor, con tu estilo propio de narrar, fruto sin lugar a dudas, de tu forma de expresar tus sentimientos y tu vision de la vida, a traves de los números, cuya pasion y simpatia por ellos, también comparto :) yo voy a poner varios al azahar...22, 28, 29, 37, 15, 1236
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