...Me quedé sin instrumentos.

En mi vida, la música tiene reservado un sitial muy especial. Ella forma parte de mí. Disfruto escucharla, cantarla y bailarla, sin embargo, no soy muy diestra tocando instrumentos. Prueba de ello es lo que voy a contar a continuación:

Disfruto del sonido de los instrumentos de viento, de hecho, no hay sonido más envolvente para mis oídos que el emitido por un Saxofón-pero esa es otra historia-. En esta oportunidad la vida me colocó frente a dos instrumentos pertenecientes a esta misma familia. La disyuntiva estaba en ¿Cuál elegir? porque, honestamente, juntos se escuchan muy mal. Es ahí cuando empieza el dilema.

El primero de los instrumentos era el pito. Un elemento “artístico” algo denigrado por los amantes de la música gracias a su sonido algo estridente, pero hay que reconocer que cuando “suena” hay que escucharle. Es por esto que decido tocarlo ya que, despertó mi admiración el hecho de que un instrumento tan diminuto pudiera callar a todo un batallón, no obstante, al corto tiempo empecé a decepcionarme porque creía que no soportaría su estridencia, además, estaba empezando a poner mis ojos sobre el otro instrumento: La flauta.

Este último llamaba mi intención desde hace un tiempo por considerarlo “fino”. Su sonido agradable al oído y su aspecto algo más elegante que el pito, coqueteaba mis sentidos, sin embargo dudaba de mis posibilidades de tocar dicho instrumento. Pero, cuando decidí arriesgarme a tocar la Flauta, con tristeza descubrí que ya era demasiado tarde.

Es así como me doy cuenta de que… me quedé sin instrumento. Por indecisión y, quizás, algo de inmadurez me quedé…” sin el pito y sin la flauta”

LUIS

“Luís, su nombre artístico es Luís
Grita la gente al verle… Luís…”
Franco De Vita


Mis treces años fueron maravillosos -a pesar del acné-. Recuerdo que hasta esa edad era una niña muy tímida, de hecho, mi vida social se reducía a mis compañeros del politécnico. Irónicamente, todo cambió cuando me mude de Villa Duarte hacía El Almirante.

Confieso que el síndrome de la “nueva” me sirvió de provecho. En principio, no tenía muchas amistades pero al cabo de unos meses este panorama cambió de color.

Entre mis nuevos amigos recuerdo con mucho cariño a Luís. A él lo describiría como un adolescente tímido e introvertido, de poco hablar, pero muy buen mozo –para ser honestos-. Con 14 años de edad era más alto y fuerte que el resto de los muchachos del barrio, por tal motivo le apodaban el burro, a esto se suma sus exóticos ojos verde-miel, y cabellera lacia y rubia. Con tales rasgos físicos no era de extrañar que llamara la atención entre las “muchachitas”, pero su timidez era una barrera para algunas relaciones.

Pasaron los años y Luís cambió. Él se había tornado más grande y fuerte que en la adolescencia, sin embargo, la transformación no se limitaba a unas cuantas libras. El burro empezó a usar ropa muy holgada y en su cuerpo tenía grabado unos ochos tatuajes, aproximadamente.

Cuando me lo contaron no lo podía creer –con mi complejo de Santo Tomás en su máxima potencia- hasta que tuve a Luís frente a mis ojos. Y era cierto. Con orgullo él me mostró los nuevos inquilinos de su cuerpo, y su intención de rentar unos cuantos espacios más en su piel.

Para muchos-al juzgarlo por su imagen- él había pasado del bando de los “buenos” a la escuadra de los “malos”, pero Luís me enseñó, que la apariencia es un elemento cuya relevancia se queda en las neuronas de quienes solo la usan para verse en el espejo. Y es que el burro trabaja, estudia, hace deportes, no bebe, no baila, no fuma, no bonchea, solo escucha música con letras positivas, es buena gente, deplora la violencia y, cual si esto fuera poco, se expresa del amor cual Romeo tras su Julieta en el balcón.

Quizás, muchos difieran en mi parecer, pero entendí que Luís usa sus 10 tatuajes (se sumaron 2) como yo uso mis aretes: De adorno. Lo siento, pero no soy quién para juzgar cosas tan vanales como la apariencia externa, además, la imagen del alma vale más que la del cuerpo.

Lo que me quitaste...

Estaba segura que en ese recipiente se encontraba la solución de todos mis males. La fórmula mágica que convertiría algo que por naturaleza me vino “malo” en “bueno”.

Yo tenía unos 10 años de edad, aproximadamente, y mi mundo giraba entre tareas del colegio, muñequitos y mis amiguitos del curso, algunos de ellos me gustaban pero no lograba entender porque no era recíproco. Estaba segura que en esta “pócima” se encontraba la solución.

Pasaron unos tres años más, y llegó el gran día. “¡Por fin me van desrizar!” Grité de emoción, cuando observé a mi madre con una caja pequeña cuya etiqueta rezaba: BPT de niña

Cuando terminó todo el proceso químico, y se dio mi gran encuentro con el espejo -confieso- me embargó una gran emoción. Aún no terminaba de bajar de tal climax, cuando de repente y sin previo aviso empecé a sentirme, como pajarito que vuela y lo bajan de una ‘pedrá’.

Todo esto sucedió cuando mi madre me sentó frente a ella y empezó a decirme: “ya eres toda una señorita, con pelo bueno y todo. Ahora ya no puedes pensar como antes. Toma nota…”
En efecto, mi vida cambiaría. De eso estaba segura, sobre todo en el aspecto de los “chicos”. Sin embargo, los cambios no se quedaban ahí.

La frase “tú no puedes hacer… porque se te daña el pelo” era el pan nuestro de cada día. Pero, sin lugar a dudas, lo que más dolor me causó fue escuchar: “ya no te puedes bañar en el aguacero”. ¡Dios, no lo podía creer!

En mi infancia, anhelaba que el cielo se tornara gris para que cayera la lluvia. No había nada más divertido que ponerme unos “shorsitos” y posicionarme debajo de un caño para sentir la presión del agua sobre mí. O, lo que es mejor, encontrarme con los “amiguitos” en la calle, empapados como unos pollitos.

¡Que tiempos aquellos! ¡Cuanto he cambiado!. Ahora, todo es un stress. Si veo que está nublado me da pavor, y si empieza a lloviznar salgo corriendo al establecimiento más cercano para refugiarme. Si por casualidad olvido la sombrilla, no reparo en taparme con una funda negra –no importa si pierdo el glamour- o con un gorrito de baño, todo con tal de “no dañarme el pelo”.

Lo siento, desrizado, aunque me regalaste belleza, nunca olvidaré lo que me quitaste...: diversión y tranquilidad.

ELEFANTES

“Así es la vida, así de irónica. Cada quien tiene al fin una historia que hablar o callar”
Luis Enrique, salsero

Esta mañana siento mi corazón lleno de emoción. Se me quiere salir por la boca.
No contaré el motivo específico que tiene todo mi ser con este alboroto, sin embargo, trataré de hacer uso de la química, y diré los elementos que intervienen, más no revelaré la fórmula.

Siempre me ha encantado la manera de 'tripearse' que tiene Dios. Me explico. Resultan curiosas sus ironías. Pero, en verdad, cada una de ellas tiene un propósito, que permite que su nombre se glorifique.

Resulta increíble, como ese sabio refrán: “debajo de cualquier yagua vieja sale tremendo alacrán” se manifiesta ante nuestros ojos. A veces, me provoca risa la manera en la que seres humanos con condiciones físicas, sociales y hasta educativas están destinados al fracaso, sin embargo, Dios le dice “echate pa’ ca” -como Elvis Crespo- y da cátedra.

En verdad eso no deja de impresionarme. No se aleja de mi, la imagen del David Ortiz niño en el patio de su casa, descalzo y con el estómago lleno de gases y lombrices, jugando a la plaquita, sin pensar que en los siguientes 25 años sería una de las piezas claves del triunfo de un equipo con una racha de varias décadas. Hoy, él tiene 2 anillos de campeón mundial y el anillo del corazón de los pueblos de Boston y República Dominicana.

Me causa tanta risa pensar que una mujer sin el perfil de la típica estadounidense y, además pobre, se haya convertido en una de las mujeres más ricas e influyentes de EEUU, sin olvidar que es negra. Mis respetos para Oprah Winfrey.

Otra historia, extraída de la Biblia es la de José, (Génesis 37…) quien fue vendido por sus hermanos a causa de la envidia que le tenían y por azares de la vida, Dios permitió que se convirtiera en rey. En tiempos de sequías los hermanos de José fueron a solicitar ayuda al rey ignorando de quien se trataba. Les cuento que el más altanero de sus hermanos tuvo que humillarse y llorar cuando le reconoció. Esta era mi historia bíblica favorita desde niña, -no sabía por qué-y aguardaban con ansias Semana Santa para poder verla en los muñequitos del “Súper Libro”. Ahora entiendo porque me gustaba tanto.

Y por último, señores, quien le iba a decir a ese carajito de Villa Juana, que en cuarenta años iba a mediar en una cumbre para impedir una guerra en la región de Latinoamérica. "e pa' lante que vamos" Jejejeje

Lo siento, pero no deja de impresionarme todo esto. Dios es tan grande que toma animales minúsculos para convertirlos en ELEFANTES y no precisamente de Circos.

Me identifico mucho porque en mi vida han ocurrido muchas cosas de esta naturaleza. Hoy, en especial, ocurrió algo muy irónico, que de pensarlo me provoca mucha risa y a la vez ganas de llorar. Algo que 10 años atrás nunca lo habría imaginado… Gracias Señor!!!

I'M LOOKING FOR...

La vida es el regalo más grato y misericordioso que el Señor haya podido darnos. Sin embargo, y aunque suene paradójico ¡Vivir no es fácil! Resulta inescrutable como algo tan hermoso puede a veces tornarse tan difícil.

Andamos, andamos y… andamos, algunas veces alegres, en otras ocasiones taciturnos, pero el simple o complejo hecho de vivir encierra un aire místico. Un aire lleno de encanto, magia, enigmas, y a pesar de describirlo con adjetivos que rondan lo imaginario, no hay nada más real que la vida. Así es ella, llena de paradojas y axiomas.

Hoy mientras escribía, me pregunté, ¿Cómo podría el ser humano soportar todos los escollos de la vida sin el apoyo de alguien? Yo, gracias al Señor he contado con el apoyo indescriptible de mi familia, pero, confieso que anhelo conseguir el otro ¼ .
-Creo que otorgarle "la otra mitad" lo veo muy clásico, jejejeje-

Y, pensando en esto decidí hacer mi búsqueda. En la barra de Google, escribí las siguientes características:

-Estoy buscando alguien que tenga la capacidad de sentirme sin tener que tocarme.
-Alguien con un oído tan agudo que pueda escuchar mis latidos por encima de mi blusa.
-Un ser que disfrute mis logros más que yo misma.
-Una persona que su vector se parezca al mío.
-Pero, si carece de todas las demás, no me importa, solo necesito –como diría mi amigo Valentín- “alguien que pueda convertir mis lunes en fines de semana”

SUPER HEROE

A él nunca lo vi con capa ni traje azul ceñido al cuerpo. Confieso que tampoco lo he visto volar por los aires, pero te puedo asegurar que se movía más rápido que el viento cuando yo necesitaba cualquier utensilio para ir a la escuela.

Él no tiene telarañas para transportarse como Spiderman, sin embargo, posee un "70" que vale por 100. Su motor fue y ha sido mi limosina por años y, aunque me daba cierta vergüenza con mis compañeritos del colegio cuyos padres tenían lujosos carros y algunos hasta jeepetas, reconozco que su motor me ha salvado la vida, de hecho, lo sigue haciendo.

Él no tiene visión galáctica, apenas posee un par de anteojos, pero estos le han servido para ver con certidumbre lo real y artificial de la vida.

Él carece de la fuerza de Hulk, pero durante mis 22 años de vida ha hecho cosas que ni el mismo mounstro verde haría: fortaleza para trabajar de todo con tal de criar a su hijos. Ese es mi papá.

Esta mañana después de llevarme en el motor a la parada, me quedé observándole y con tristeza me di cuenta de que mi superhoroe... ya se está poniendo viejo.

Es un buen tipo mi viejo

Que anda sólo y esperando,

Tiene la tristeza larga;

de tanto venir andando.

Yo lo miro desde lejos.

Pero somos tan distintos.

Es que creció con el siglo.

Con tranvía y vino tinto.

Viejo, mi querido viejo.

Ahora ya camina lerdo.

Como perdonando el viento.

Yo soy tu sangre mi viejo.

Yo, soy tu silencio y tu tiempo

LAURY PERLA

"Ángel que das luz a mi vida, eres el aire que quiero respirar..."

Cristhian Castro

¡Por mi madre! Ella tiene que ser descendiente de los Vikingos, porque su sonrisa me flechó. Fue como una especie de lanza que me partió el corazón en dos mitades al verla en su sillita de ruedas. No lograba entender como una criatura tan linda y tierna podía brindar una sonrisa tan inocente a una desconocida, y no sentirse triste por su condición de inválida.

7 añitos tiene Laury Perla. Ella es una de las niñas más inteligentes que conozco, de hecho, su abuela afirma que “tiene una mente adulta”. Nuestro encuentro fue una de esas tardes que por motivos que ahora no recuerdo no fui a trabajar y me encontraba en mi casa viendo la tele. Ella pasó junto a su abuelita vendiendo arepas, actividad que les servía de sustento. Esa imagen me dolió demasiado, me sentí impotente y egoísta porque yo en ese momento me encontraba triste por una situación absurda que me había ocurrido y, esa niña era feliz solo porque iba a pasear con su abuela.

Después de aquel día perdí el contacto, transcurrieron varios meses y me las encontré por segunda vez en una parada de la OMSA, pero sin la silla de ruedas. Me reconoció de inmediato y me volvió a regalar esa tierna sonrisa que hace que se le inflen los “cachetes”. A ella le habían practicado una operación que le había permitido ponerse de pie y caminar con dificultad, pero requería de otras intervenciones para recuperarse del todo.

El miércoles pasado Laury fue ingresada en el Hospital Darío Contreras donde la operaron. Allí la fui a visitar. Cuando llegué estaba dormida con un muñeco que le habían obsequiado el día de Reyes, y sus dos piernitas enyesadas. Al entrar a la habitación un ligero frío se asomó por mi corazón al ver a tantos niños indefensos, postrados en camas en las peores condiciones, la mayoría de ellos víctimas de accidentes a causa de passolas y motores.

Hoy, Laury Perla forma parte de mi vida. Es una perlita especial que ha llegado a mi. Ella dice que soy su hermanita, aunque yo le regaño y le digo “no mi niña, tú eres muy bonita para ser mi hermana jejeje” . Le doy gracias a Dios por haberla conocido. Estoy segura que pocos se resistirían a su sonrisa y a sus ocurrencias. Además, confieso que me derrito cuando la llamó por teléfono y ella me dice con su vocecita chillona “ ¡ven a verme, porque sino te voy a dar una pe-li-ta!”

LA VIEJITA

"...Y me dijiste vente, yo soy tu niña

la niña de tus ojos y me llamaste a mi

y me llamaste a mí... Te amo más que a mi vida ..."

(Marcos Witt)

El día que me la obsequiaron mi emoción era tal, que la sonrisa no se borraba de mi rostro. Recuerdo claramente aquel día. Yo apenas tenía 9 años de edad y desde entonces siempre ha estado conmigo. De aquello han transcurrido más de 13 años.

Ella ha sido una pieza importante en mi vida, incluso, en ocasiones siento que me habla. Durante estos años de convivencia la he visto arrugarse, pero cual si tuviese un velo en mis ojos, asumí una actitud algo indiferente ante sus cambios, calificándolos de normales, pero nunca hice nada por ayudarle.

No fue hasta que una amiga me dijo: "Hoy voy a comprar mi biblia, porque no tengo y la necesito. Estoy yendo al grupo de oración y me siento como un estudiante de matemáticas sin calculdora" En ese instante, llegó a mi mente "la viejita". Sí, ese libro con miles de páginas que me acompaña desde niña ha envejecido en mis manos, se ha ensuciado en ellas, pero siempre ha estado ahí cuando la he necesitado.

Despues de ello, "!Perdoname Señor!" fue la frase que salió de mis labios en tono algo bajo, y las siguientes interrogantes sacudieron mi mente:

• En que he estado pensado?


• Como es posible que yo no he escatimado esfuerzos para comprar ropa, bonchar y hasta dar dinero, mienstras, había olvidado comprar una nueva Biblia?


• Como es posible que aun viendo sus páginas arrugadas, no me pasó por la mente ayudarle, adquiriendo otra?

Anoche, fui a la Librería "La puerta del Cielo" y compré una nueva Biblia. Es hermosa y hasta bilingue. Siento que aprenderé mucho y, como siempre, el Señor Jesús estará ahí. pero, a pesar de la juventud y belleza de esta nueva integrante en mi vida, confieso que nunca dejaré a mi VIEJITA.

POR EL O ELLA?

"Las barras y las estrellas se adueñan de mi bandera, y nuestra libertad no es otra cosa que una ramera. y si la deuda externa nos robó la primavera, al diablo la geografía se acabaron las fronteras..."

(Ricado Arjona)

Esta mañana despues de revisar los periódicos y hacer una parada -algo obligatoria- en la sección de "internacionales", la siguiente pregunta atravezó mi mente: si yo fuere estadounidense, por quién votaría? Con quién sentiría mayor empatía. Por Hillary clinton en su calidad de mujer o por el candidato Barack Obama por ser negro al igual que yo?

Cualquiera de las opciones -indiscutiblemente- sentaría un precedente en la historia de esa nación, especialemente después de atravesar por un gobierno tan despota, egoísta y agresivo como el de George Bush.

Por un lado Hillary, quien talves, nunca imaginó que hace 10 años cuando salió a la luz pública el escándalo de su esposo Bill Clinton con Monika Lewinsky, estaría hoy aspirando a la candidatura presidencial de su país. En aquel momento, su actitud asumida ante lo que para cualquier mujer representa una ofensa, fue aplaudida, resaltando en ella su valentía, ganándose el respeto de muchos estadounidenses. Siempre he pensado, que lo que haces en el presente será la base de tu futuro, y en ese entonces sin quererlo, ella sembró las semillas que hoy empiezan a dar frutos.

Por otro lado, tenemos el caso de Obama. Este señor goza de gran popularidad, y de resultar presidente de la mencionada potencia económica, se convertiría en el primer hombre negro en lograr tal hazaña. Ante esta posibilidad me llega una interrogante: como deben sentirse los miembros del KukusKlan? confieso que el solo hecho de pensar en su malestar, despierta en mi una gran satisfacción. De igual modo me pregunto: cómo se sentiría Martin Luther King si estuviera vivo? Estoy segura que su discurso cambiaría, y en vez de decir: "i have a dream" o "Yo tengo un sueño", ahora la frase sería "my dream is real"

NECESIDAD O ASTUCIA?

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios…”
Rubén Blades

El dominicano goza de una serie de cualidades que le convierten en un elemento digno de estudio. Es así como una noche de esas, empecé a reflexionar sobre la creatividad del dominicano con tal de ganarse unos “chelitos”. Aquel miércoles, después de las labores, llamé a un amigo y le dije que diéramos una vuelta por la zona para tomarnos una cerveza. La primera parada fue en el parque Colón. Estábamos muy entretenidos hablando sobre nuestras vidas. A los 10 minutos de estar allí se nos acerca el primer “indigente” y nos dice:

“!Que hermosa pareja! Deseo que Dios bendiga su unión y les permita permanecer para siempre. Que en su camino nunca encuentren tropiezos. Que el amor brille siempre en su puerta. A ustedes el amor se les refleja en los ojos. Espero que el corazón de ustedes siempre se mantenga unido y, ¡dame $5 pesos pa’ un pan con salami!”

Después que este adulador estrelló esa ultima frase, no paré de reír, así que extraje $20 de la cartera y le dije que eso era para el pan, el salami y el refresco.

Al cabo de una hora y media, se nos vuelve a acercar el tipo con la misma “letanía” y mi amigo con cara de enfado dijo “viejo” a lo que el indigente descaradamente respondió “viejo, era pa’ darte la gracia por el pan con salami”

Después del parque Colón y caminar un rato, decidimos ir a un lugar que desde ese día ocupa en mi, un sitial importante en cuanto a lugares para tomarse un trago se refiere: “El rinconcito de Don Guillermo”. Allí él y yo, muy concentrados en nuestra conversación se nos acerca el segundo “indigente” y nos dice:

“Ustedes son una pareja muy hermosa. ¡Que Dios los bendiga! Panita, regálame $3 pesos pa’ llamar a mi mamá que no sé de ella desde el fin de semana” cuando ese muchacho dijo eso, le dije a mi acompañante “mierda, ¡que barbarazo!”

Al cabo de 25 minutos, un tercer indigente se acerca y este a diferencia de los demás fue más honesto en sus intensiones, porque en vez de solicitar dinero, solo nos pidió el papel en el que estaba envuelta la botella de cerveza- ya se imaginarán para cuales fines…-

El cuarto indigente, al ver la mala suerte que corrieron sus demás “colegas” con sus creativas historias, esperó pacientemente a que mi amigo abriera su cajetilla y antes de que encendiera su cigarrillo, se nos acercó y dijo “pana, dame uno.”
Al parecer, entre fumadores negarse un cigarrillo es peor que negarse el agua, por ello mi acompañante no dudo en ceder a su petición y… hasta se lo prendió, jejejeje.

Estos acontecimientos me llevaron a las siguientes conclusiones:
1. Cuando visite la zona Colonial, lleve varias monedas para deshacerse de estos “laboriosos” trabajadores nocturnos.
2. Esté preparado para recibir varias interrupciones en su velada, ya sea romántica o de amigos a causa de uno de ellos.
3. Si no desea “ayudarles” económicamente, tenga siempre bajo la manga la frase “viejo, no tengo menudo. Dejémoslo Pa’ la próxima”
4. Y, por ultimo, si Esteven Spilberg visitará la Zona Colonial encontraría la inspiración necesaria para escribir un guión de su próximo proyecto fílmico de suspenso, el cual podría titularse: “Los indigentes de la noche.”