LA VIEJITA

"...Y me dijiste vente, yo soy tu niña

la niña de tus ojos y me llamaste a mi

y me llamaste a mí... Te amo más que a mi vida ..."

(Marcos Witt)

El día que me la obsequiaron mi emoción era tal, que la sonrisa no se borraba de mi rostro. Recuerdo claramente aquel día. Yo apenas tenía 9 años de edad y desde entonces siempre ha estado conmigo. De aquello han transcurrido más de 13 años.

Ella ha sido una pieza importante en mi vida, incluso, en ocasiones siento que me habla. Durante estos años de convivencia la he visto arrugarse, pero cual si tuviese un velo en mis ojos, asumí una actitud algo indiferente ante sus cambios, calificándolos de normales, pero nunca hice nada por ayudarle.

No fue hasta que una amiga me dijo: "Hoy voy a comprar mi biblia, porque no tengo y la necesito. Estoy yendo al grupo de oración y me siento como un estudiante de matemáticas sin calculdora" En ese instante, llegó a mi mente "la viejita". Sí, ese libro con miles de páginas que me acompaña desde niña ha envejecido en mis manos, se ha ensuciado en ellas, pero siempre ha estado ahí cuando la he necesitado.

Despues de ello, "!Perdoname Señor!" fue la frase que salió de mis labios en tono algo bajo, y las siguientes interrogantes sacudieron mi mente:

• En que he estado pensado?


• Como es posible que yo no he escatimado esfuerzos para comprar ropa, bonchar y hasta dar dinero, mienstras, había olvidado comprar una nueva Biblia?


• Como es posible que aun viendo sus páginas arrugadas, no me pasó por la mente ayudarle, adquiriendo otra?

Anoche, fui a la Librería "La puerta del Cielo" y compré una nueva Biblia. Es hermosa y hasta bilingue. Siento que aprenderé mucho y, como siempre, el Señor Jesús estará ahí. pero, a pesar de la juventud y belleza de esta nueva integrante en mi vida, confieso que nunca dejaré a mi VIEJITA.